© A. Flores
La energía solar termoeléctrica o energía termosolar es la tecnología que usa el calor del Sol para generar electricidad. Este proceso se lleva a cabo en las llamadas centrales solares termoeléctricas o centrales termosolares, que se empezaron a construir en Europa y Japón a principios de los 80. Las ventajas de esta fuente de energía es que es limpia, abundante y renovable: cada diez días, la Tierra recibe una energía del Sol que equivale a todas las reservas conocidas de petróleo, gas y carbón.
Actualmente conviven varios tipos de centrales solares termoeléctricas. España está excelentemente posicionada en este sector, ya que cuenta con diversas plantas termosolares y un potente sector industrial que participa en proyectos en todo el mundo.
El funcionamiento de una planta termosolar es similar al de una central térmica, pero en lugar de carbón o gas utiliza la energía del sol. Los rayos solares se concentran mediante espejos en un receptor que alcanza temperaturas de hasta 1.000 ºC. Este calor se usa para calentar un fluido y generar vapor, que mueve una turbina y produce la electricidad. Aunque las primeras centrales sólo podían operar durante las horas de irradiación solar, hoy en día es posible almacenar el calor para producir de noche.
Actualmente existen tres grandes tipos de centrales termosolares. La forma de producir la electricidad es similar; la diferencia radica en cómo se concentra la energía del sol.
© SolarPACES
Utiliza un conjunto de espejos orientables (denominados heliostatos) que concentran los rayos solares en un receptor situado en una torre. Es una tecnología probada, eficaz y rentable a medio plazo. Las primeras centrales experimentales de este tipo se construyeron en Almería
(España) y Nio (Japón) en 1981. El reto actual pasa por reducir los costes de construcción de las plantas termosolares de torre.
© SolarPACES
Esta clase de central termosolar, utiliza un espejo en forma de disco parabólico para concentrar los rayos del sol en un motor Stirling situado en el foco de la parábola, por eso también se denomina central de
disco-Stirling. El calor acumulado eleva la temperatura del aire, lo cual acciona el motor Stirling y mueve una turbina que genera electricidad. La planta de disco parabólico más conocida es la de Mojave (Estados Unidos).
© SolarPACES
Este tipo de plantas son las más prometedoras desde el punto de vista comercial. Usan espejos en forma de cilindros parabólicos por cuyo eje discurre una tubería donde se concentran los rayos del sol. La tubería contiene un fluido que se calienta y genera vapor que mueve una
turbina. Están operativas centrales solares cilindroparabólicas en España y otros países.
Los principios básicos de la energía termosolar fueron definidos por Augustin Mouchot en 1878 y en los años 80 varias experiencias demostraron su viabilidad. Sin embargo, hasta hace poco la energía solar termoeléctrica se había visto frenada por tres factores:
Actualmente se desarrollan numerosos proyectos termosolares en países como Argelia, Marruecos, Estados Unidos o Australia. Muchos cuentan con participación española.
España es una potencia mundial en energía termosolar. Las condiciones del país son muy favorables para instalar plantas termosolares, ya que dispone de abundantes horas de sol y amplias zonas desérticas. Las primeras centrales experimentales, conocidas como SSPS/CRS y CESA 1, se construyeron en Tabernas (Almería) en 1981 y 1983.
En 2007 se puso en marcha en Sanlúcar la Mayor (Sevilla) la PS10, primera central termosolar de torre comercial del mundo. En 2011 estaban en funcionamiento 21 centrales con una potencia de 852,4 MW y había previstas otras 40 plantas, según los datos de Protermosolar, la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica. Cuando todas estas nuevas plantas estén operativas, hacia 2014, España se convertirá en el primer productor mundial de esta prometedora energía 100% limpia y renovable.
Encuentra el curso que buscas en nuestra guía de formación de las energías renovables.
Copyright, 2002-2020 Solarweb.net